tiempo estimado de lectura : 1
21 Oct
21Oct

A veces es necesario pararse, y tomarse tiempo para uno mismo. Me gusta bucear en mi interior, de hecho, desde siempre me gustó.

De pequeña, encontré 2 formas de hacerlo. Ya desde muy pequeña descubrí el arte de esconderme, y desaparecer... por minutos o horas. Dentro de un armario, dentro de una cama, debajo de ésta. Para mí era necesaria esa soledad o recogimiento interior, en el que podía reconectarme conmigo misma, aunque en esos momentos no fuera consciente de ello. Pero sí que lo era del placer que sentía estando alejada de todo y todos.

La escritura un poco más adelante fue otra gran forma de bucear dentro de mi misma. Escritura automática, a día de hoy aún la sigo practicando. Cuándo escribes sin un fin, este aparece mágicamente en tus letras.

De más mayor, descubrí otra grata forma de inmersión en mi misma, está observé que en la mayor parte de las veces, la practicaba antes de algún importante cambio.

La inmersión me la provocaba instantáneamente el movimiento. Movimiento a través del cielo, (avión), movimiento a través del suelo (tren), estos son mis preferidos, también en coche, siempre que el silencio, me permita abstraerme...

Y curiosamente en ese movimiento no provocado por mí, pero si buscado, yo iniciaba mi proceso de inmersión. Por momentos la velocidad del transporte parecía igualada a la velocidad de mis pensamientos, que fluían por cuenta propia, y al igual que con la escritura automática, siempre me llevaban al final de ese trayecto, al inicio del mío propio. Un nuevo inicio.

Cada uno seguramente tiene, ese qué o cómo que utiliza para reconectar y también porque no decirlo, resetear al mismo tiempo su interior. Desde el ahora, desde el momento y utilizando éste, para qué en esa inercia y con el vehículo que cada uno tome, viajar dentro de sí mismo. Posiblemente recalando en algunas partes del pasado, chequeándolas, reseteandolas, y visualizando ya ese futuro, que quizás y sin darnos cuenta, y en nuestra inmersión, lo estamos proyectando ya.

Este año he echado mucho de menos viajar, que aunque sea también una de mis mayores pasiones, me ha impedido esta necesaria inmersión en mi misma.

Aunque y sin ser de lejos lo mismo, en estás 3 semanas anteriores, he intentado y está vez a través de la tranquilidad absoluta, crearme una mínima inmersión dentro de mi misma, que me permita el ejercicio de chequear y chequearme. Observar y observarme.

Tse Amargant

Coach Ejecutivo

Gestalt terapia

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.