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En Gestalt decimos, que en la vida nos vamos cargando de capas, así como una cebolla, de las que algún día nos deberemos de vaciar.

Durante 12 años dirigí mi propia Agencia de Comunicación. Fue un tiempo en el que disfruté de mi trabajo apasionadamente, pero la vida no es estática, y para mí tampoco, así que le dí paso al cambio que ya se estaba forjando en mí.

Si tuviera que definirme en tres palabras, estás serían. Creatividad, Resiliencia  y Sensibilidad.

Me formé durante 4 años en 2 herramientas valiosas, Gestalt y Coaching Ejecutivo y lo hice para aportarme conocimiento y autoconocimiento.

Hay una frase, que me gusta y a la vez define...
¡La vida no es estática, permítete el cambio¡
Ese cambio que yo me permito siempre que siento que ya no comulgo con mi entorno, trabajo, lugar, ect, es el cambio que enseño a las personas que conmigo trabajan.

Para que este cambio se pueda realizar, la persona primero debe saber quién es, y segundo qué quiere de ella misma y de la vida. Parecen dos preguntas simples, pero creedme, no lo son.

La clave del éxito de mi trabajo, es justamente eso, devolver a cada persona su identidad. Esa que posiblemente perdió a causa de esas capas de cebolla de las que ninguno nos libramos y todos nos tapamos.
Reconocerse en quien uno es, es el primer paso hacia la propia expresión, realización y libertad personal y emocional.

Cuando uno ya sabe quién es, sabrá en ese momento hacía dónde quiere ir, no antes.

A la vez, conocerá sus propias herramientas, será consciente de su fuerza, seguridad personal, valía, talento y libertad de acción.

¿Y cuál es mi trabajo es este proceso?

Mi trabajo es el de guiar a la persona en ese camino hacia su reconocimiento. En ese camino, recorreremos vivencias, hechos, situaciones que la marcaron y que dieron paso a esas capas de cebolla falsas, esas que crearon  también ese yo falso, y esas que cargamos como mochila inconsciente....

Situaremos esas vivencias en el lugar que fueron vividas, el pasado, y desde nuestro presente, comprenderemos, y aprenderemos a verlas desde otra mirada (actitud).

Ya sin el peso de todo ello, alcanzaremos una nueva mirada de nosotros mismos y desde ahí será cuando podamos empezar a vernos (descubrirnos).

En el viaje que ambos recorreremos, aprenderemos a afrontar el miedo, a ver qué hay detrás de la culpa, a entender el porqué de la dependencia, o miedo a la soledad, y descubriremos que todos somos más fuertes de lo que creemos o nos han hecho creer.

El viaje es compartido. Algo fundamental en cualquier proceso es la confianza y la honestidad por ambas partes. Así que mi compromiso es el de guiar, pero siempre sosteniendo la mano del otro, hasta que llegue el momento que esta mano se sostenga por sí sola.